lunes, 4 de abril de 2016

Ciudadanos en acción en el Salto Chico

La cantidad de basura era impresionante.

El pasado sábado un grupo de ciudadanos se dio cita en el Salto Chico para ayudar a limpiar este bello espacio de la ciudad de Cuernavaca. La convocatoria corrió a cargo de diversas instituciones como el IMPAJOVEN, JCI Cuernavaca, AIESEC y el Gobierno del Estado. Sin embargo, la gente hizo suya la causa y el supuesto apoyo del gobierno fue casi nulo. La gente que repartía bolsas, guantes y casacas comentaron que algunas cosas las donaron diputados, pero sólo estaba ahí limpiando al legislador Alberto Mojica. 

La gente se reunió en el lugar desde las 9:00 de la mañana a las 2:00 de la tarde. Hubo gente de todas la edades y todos participando con gran entusiasmo. El Salto Chico es un espacio único, pero a lo largo de los años se ha llenado de basura por la gente que lo visita, por los vecinos que arrojan su basura y desechos a la barranca, y por el abandono de los gobiernos estatales y municipales.

Estos son los ciudadanos que cambiarán Cuernavaca

El último en hacer algo por estos espacios y por las barrancas de Cuernavaca en general, fue el fallecido alcalde, Alfonso Sandoval Camuñas (1994 - 1997). De ahí en adelante, a pocos les ha importado el estado de estos sitios y han permitido que se conviertan en bellos basureros, porque aún estando sucios no han perdido su atractivo natural. Cabe mencionar que una de las personas que estuvo presente fue César Salgado Castañeda, quien además ha promovido el rescate de estos lugares.

A inicios de 2014 publiqué una nota promoviendo el rescate del Salto de San Antón, pero no hubo respuesta. Como lo he expresado en las últimas publicaciones de este espacio, este es el momento de los ciudadanos y lo pude confirmar el sábado.

Las bolsas no dejaban de llenarse

Ya no hay tiempo para buscar culpables, para despotricar en las redes, es momento de actuar, de generar iniciativas como éstas. No necesitamos que el gobierno se levante el cuello con las acciones que la ciudadanía ejecuta. Así como el Salto Chico, hay muchos espacios en Cuernavaca y en Morelos, que necesitan de nosotros.

Finalmente, es importante que el Ayuntamiento de Cuernavaca ponga atención a esto, quizá Cuauhtémoc Blanco ni siquiera sabe que existen estos sitios, así que hay que hacer que se entere y que haga algo por ellos. Porque de nada sirve la participación de la gente si nadie se encarga de cuidar que el Salto Chico se mantenga limpio y ojalá en las siguientes iniciativas de este tipo la presencia del gobierno de Graco Ramírez, no se limite a poner su logo en el poster.

La mayor presencia del Gob. del Estado estuvo en este poster.


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lunes, 28 de marzo de 2016

Dan toque comercial a Catedral de Cuernavaca

Lonas al más puro estilo de campaña política.

En la recién finalizada "Semana Santa" estuve paseando por Cuernavaca y fui a la Catedral de la ciudad, con un fin más turístico, que religioso. Ya tenía algunos años que no entraba a este imponente recinto y la verdad me quedé muy sorprendido con lo que vi en los jardines de dicho lugar. Primero, vi unas lonas de la Diócesis de Cuernavaca en la que se promovían valores, el mensaje me pareció bueno, pero más que transmitir algo positivo, considero que dañan la imagen de las áreas verdes.

Después descubrí que ahora en un espacio del recinto existe una cafetería de lona y lo peor fue cuando en el pasillo de la entrada vi un puesto de hamburguesas. En realidad no me doy golpes de pecho, ni me interesan mucho los asuntos religiosos, pero aprecio mucho los monumentos históricos de nuestro Estado y ver esto me dejó una impresión muy negativa.


Su especialidad es la McCordero de D.



Me di a la tarea de investigar un poco en la Ley Federal Sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos, Artísiticos e Históricos (sic) y encontré algunas cosas interesantes. Por ejemplo, se consideran monumentos históricos de acuerdo con el Art. 36: 


"Los inmuebles construidos en los siglos XVI al XIX (la Catedral es del siglo XVI), destinados a templos y sus anexos; arzobispados, obispados y casas curales; seminarios, conventos o cualesquiera otros dedicados a la administración, divulgación, enseñanza o práctica de un culto religioso...

Esta clase de monumentos competen al Instituto Nacional de Antropología e Historia y éste puede sancionar:

"ARTICULO 49.- Al que efectúe cualquier acto traslativo de dominio de un monumento arqueológico mueble o comercie con él y al que lo transporte, exhiba o reproduzca sin el permiso y la inscripción correspondiente, se le impondrá prisión de tres a diez años y de dos mil a tres mil días multa" 


La Ley no es muy específica pero esperemos que estos negocios cuenten con los permisos correspondientes. También merece una sanción una sanción:


"ARTICULO 52.- Al que por cualquier medio dañe, altere o destruya un monumento arqueológico, artístico o histórico, se le impondrá prisión de tres a diez años y multa hasta por el valor del daño causado."

Quizá el término que describa mejor lo que está sucediendo en la Catedral de Cuernavaca es "altere", pero eso depende mucho de la perspectiva con que se analice.

La intención de este texto no es ser más purista que los líderes religiosos de Morelos, pero sí es llamar la atención de la sociedad, porque hoy son unas lonas, una cafetería y un puesto de hamburguesas, pero mañana puede ser un tianguis dentro de la Catedral; ya es suficiente con que nuestro Centro Histórico se haya convertido en uno.

Con todo respeto al Obispo Ramón Castro, dé a la Catedral el valor que se merece. En su posición han estado personas como Don Sergio Méndez Arceo, que hicieron cosas fuera de lo común, desde las famosas misas con mariachi, hasta representaciones teatrales en este recinto, pero por favor no degrade este importante símbolo de Cuernavaca.


No bastaban las cafeterías que están cruzando la calle.

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martes, 23 de febrero de 2016

#ErradiquemosLaIdiocracia



La idiocracia es un concepto que cada vez adquiere más sentido en nuestros días, su definición más sencilla es: el gobierno de los idiotas. Sin embargo, para entenderlo mejor vale la pena profundizar un poco más y conocer el origen de la palabra idiota. La Real Academia Española (RAE) promueve diferentes significados del término, siendo el primero de ellos el siguiente:

1. adj. Tonto o corto de entendimiento. U. t. c. s. U. t. c. insulto.

Los demás significados que da el diccionario de la RAE son muy similares a éste, pero la palabra tiene orígenes diferentes a los que documenta dicha publicación. El vocablo idiota proviene del lat. idiōta, y este del gr. ἰδιώτης idiṓtēs y contiene la raíz ἴδιος [ˈidios], que en griego era ‘lo privado, lo particular, lo personal’. De ahí que términos como idiosincrasia e idioma también la contienen. 

Es por esto, que un inicio el adjetivo idiota se utilizaba para referirse a personas que se preocupaban solo de sí mismos, de sus intereses privados y particulares, sin prestar atención a los asuntos públicos y/o políticos. El tono peyorativo del término en la actualidad se generó porque dentro de una democracia era deshonroso no participar en los asuntos del Estado.

El avance constante en el conocimiento hacían pensar a nuestros ancestros que cada día viviríamos en una sociedad más culta con una evolución ascendente. Sin embargo, diversos factores, cómo el desarrollo de los medios masivos de comunicación, entre otros que es difícil enumerar, han hecho que actualmente cada vez el mundo sea manejado por idiotas; en la más antigua concepción del término.

Hoy en día podemos ver cada vez con mayor frecuencia que los gobiernos de diferentes naciones son encabezados por personas idiotas; sin preparación, cultura general y que sólo se preocupan por sus intereses particulares. Además, esta dinámica no se detiene, va creciendo y todos formamos parte de ella.

Bajo estos argumentos podríamos afirmar que en México vivimos desde hace tiempo en una idiocracia y esto no sólo por tener un gobierno encabezado por idiotas. Muchos mexicanos consideran de forma ingenua que vivimos en una democracia, pero son muy pocos los que ejercen su poder ciudadano e incluso algunos lo confunden con expresar sus quejas en redes sociales.

En este momento podrías pensar en todos las personas que ocupan cargos populares en nuestro país y a que a tu juicio son idiotas. Además, es fácil generalizar y darle este adjetivo a cualquier figura pública, aún cuando no la conozcas. Erradicar la idiocracia es algo complejo y requiere acciones de la ciudadanía más allá de realizar marchas y publicar tus quejas en las redes sociales.

El primer paso para terminar con la idiocracia consiste en tomar la decisión de dejar de ser un idiota (no te ofendas, no lo digo con la connotación actual de la palabra). Para ello, lo primero es involucrarse más en los asuntos públicos, no basta con votar en cada elección, haz valer tu poder ciudadano, conocer a tus legisladores, hacer algo por tu vecino o por tu colonia. En resumen, tú eres el antídoto para la idiocracia, generemos conciencia #ErradiquemosLaIdiocracia. 

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